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CAUSAS DE LAS GUERRAS
Además, parece posible tratar de clasificar, muy en general, las teorías en dos grandes divisiones: la que ve la guerra como producto racional de ciertas condiciones, primariamente condiciones políticas (famosamente, Carl von Clausewitzargumentó que la guerra es la continuación de la política por otros medios[10] ) y otra "irracionalista", que ve la guerra como producto de una tendencia, últimamente irracional, de los seres humanos.
Las teorías irracionalistas pueden aproximarse desde dos puntos de vista:
1. Aquellas que ven el origen de la guerra en causas no atribuible a fundamento racional,[11] por ejemplo, sentimientos religiosos[12] [13] aunque más precisamente es fundamentalismo (porque en el caso de la religión judeocristiana no hay divorcio entre razón y fe, en cambio los filósofos árabes y peor otras religiones hablan de una doble verdad) o emociones.[14] [15] El extremo lógico de esta visión -que el hombre es un animal inherentemente agresivo -sujeto a tendencias tanto de competición como cooperación que se observan en animales sociales, situación que demanda la expresión ocasional de tales tendencias- se encuentra en algunas explicaciones ya sea biológicas, psicológicas[16] o de la psicología social del origen de conflictos (ver, por ejemplo: Experimento de Robber's Cave).
2. La visión alternativa dentro de esta posición ve la guerra como originándose, a menudo, en equivocaciones o percepciones erróneas. Así, por ejemplo, Lindley y Schildkraut[17] argumentan, a partir de un análisis estadístico, que la cantidad de guerras que se podría aducir tuvieron un origen racional ha disminuido dramáticamente en tiempos recientes (Lindley y Schildkraut ofrecen como ejemplos de tales equivocaciones la Guerra de las Malvinas aunque se dice que la causa fue en verdad subir la popularidad de Margaret Thatcher de Inglaterra declarando ella la guerra ya que Argentina no había matado a nadie y ellos hundieron al Belgrano que estaba yendo al continente matando a la mitad de todos los Argentinos que murieron, y la Guerra de Iraq) que otros aluden al deseo de petróleo, riquezas y dominio a la causa.
La visión alternativa, de la guerra como actividad racional, se basa en dos percepciones. La original de von Clausewitz acerca de la guerra constituyendo la persecución de (objetivos de) la política por otros medios, y una percepción posterior (implícita en von Clausewitz) que indica que se recurriría a la guerra cuando se estima que las ganancias superan a las pérdidas potenciales (es decir, a través de un análisis de costo-beneficio). A su vez, se pueden distinguir dos posiciones:
1. La teoría de la primacía de las políticas domésticas: se encuentra, por ejemplo, en las obras de Eckart Kehr y Hans-Ulrich Wehler (op. cit). Para esta posición, la guerra es el producto de condiciones domésticas. Así, por ejemplo, la Primera Guerra Mundial no fue producto de disputas internacionales, tratados secretos o consideraciones estratégicas, sino el resultado de condiciones sociopolíticas, incluyendo económicas, que, a pesar de ser comunes a varias sociedades, hacían sentir tensiones a cada una de ellas en forma interna, tensiones que solo se pudieron resolver a través de la guerra.
2. La teoría de la primacía de la política internacional, que se encuentra, por ejemplo, en la concepción de Leopold von Ranke, de acuerdo a quien son las decisiones de estadistas motivados por consideraciones geopolíticas las que conducen a la guerra.
POR QUE HAY GUERRAS :
Dice Arjona "la guerra, es una masacre entre gente que no se conoce, a favor de dos tipos que si se conocen y que no se masacran"... ¿porque hay guerra?... muchas causas, tal vez la principal es LA INTOLERANCIA, pocos nos enseñan a respetar el pensamiento de los demás, la religión mal entendida o mal enseñada empujan las guerras... el factor económico también cuenta... buscas invadir para acrecentar tus recursos..
GUERRAS LOCALES E INTERNACIONALES:
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Durante la última década de la Guerra Fría, por ejemplo, la guerra en Nicaragua estaba unida a los conflictos paralelos en Guatemala y El Salvador, produciendo lo que algunos interpretaron como una "guerra civil centro americana". El triunfo de los sandinistas en Nicaragua en 1979 también sirvió --por su proximidad a Estados Unidos, y el aparente espaldarazo por parte de Cuba-- para estimular la campaña de la derecha a favor de una mayor fuerza militar y del fin de la distensión, lo cual llevó a Ronald Reagan al poder en 1980. También en la década de los años ochenta el conflicto de Afganistán tuvo importantes repercusiones internacionales: las fuerzas soviéticas entraron directamente en el país en 1979 y hubo operaciones de envergadura, aunque no declaradas, de Estados Unidos, Pakistán, Irán y China.
Además del impacto regional, que empeoró las relaciones entre Irán y Pakistán, Afganistán también se convirtió en una cuestión de primera magnitud durante la Guerra Fría. Un década antes, la guerra de Vietnam se había visto acompañada de guerras en Laos y Camboya, y de levantamientos en Tailandia, creando así un conflicto que afectó a toda Indochina. También en la década de 1980, la región del sur de África fue una zona de guerras y enfrentamientos entrelazados, desde Mozambique y Zimbabwe en la vertiente del océano Índico, hasta Namibia y Angola en la costa atlántica.
Es sobre todo en el Oriente Próximo actual donde podemos ver el desarrollo de conflictos locales con implicaciones regionales, algunas potencialmente de gran alcance. Primero, el enfrentamiento árabe-israelí: la guerra de 1948-1949 tuvo un gran impacto, haciendo que se tambalearan Estados y regímenes, como se hizo evidente por todo Oriente Próximo durante la revolución egipcia de 1952. La guerra de 1956, por Suez; la de los Seis Días en 1967, y la guerra de octubre de 1973 eran todas internacionales. Es decir, eran crisis entre Oriente y Occidente, en las que estaba presente la amenaza de una guerra nuclear entre el bloque occidental y el bloque soviético. Hay mucha discusión en Oriente Próximo sobre hasta qué punto el conflicto árabe-israelí y, en particular, la incapacidad para encontrar una solución al problema palestino, son el motivo de los problemas más amplios que tiene la región; problemas de inestabilidad política, rivalidad inter-estatal, y un desarrollo político, social y económico inadecuado.
Los nacionalistas árabes y los políticos islamistas tienen una tendencia a echar la culpa de todo a los israelís y a la negativa de éstos a reconocer los derechos de los palestinos, mientras los israelís aseguran que todo esto es una excusa. La verdad se encuentra en algún término medio entre unos y otros: la existencia de Israel o su política no son de ninguna manera la causa del carácter social y económico de los Estados árabes, productores de petróleo, ni lo fueron tampoco del estallido y el curso de la guerra entre Irán e Irak de 1980-1988, ni de la guerra civil argelina de los años noventa ni del conflicto entre turcos y kurdos.
Sin embargo, la política de Israel ha sido un factor de gran relevancia en la política interior de sus países vecinos, especialmente Líbano, Siria y Egipto, y durante décadas, desde 1948, ha desempeñado un papel en la estimulación y radicalización del nacionalismo árabe y el islamismo en toda la región. La victoria de Hamas en las recientes elecciones palestinas promete tener una repercusión, sin duda, más que local o estrictamente árabe-israelí. Dada su inspiración en el movimiento panárabe de los Hermanos Musulmanes --que se fundó en la década de 1920-- y sus fuertes redes en Egipto, Sudán, y Siria, Hamas se sentirá parte de una tendencia regional más amplia, y así recibirá el apoyo de los países árabes que no aceptan a Israel, especialmente Siria e Irán. Es muy poco probable que llegue a un compromiso de paz con Israel en el futuro cercano, o que permita que le obliguen a la sumisión por medio de un bloqueo de ayuda y alimentos a Gaza y Cisjordania.
Con las recientes elecciones en Palestina, aparentemente se ha puesto fin a todo un proceso de maniobras políticas y negociaciones árabe-israelí, lleno de defectos e interrupciones, pero que lleva en marcha desde finales de los años sesenta. Y Egipto --durante largo tiempo el ansioso patrocinador de los palestinos-- dejará de ser el poder diplomático predominante en Palestina, y le sustituirán Siria e Irán. Esto, a su vez, confirmará la creciente influencia de Irán, evidente ya en el resto de la región, especialmente en Líbano, donde su protegido Hezbollah ha llegado ahora al gobierno, y en Irak, donde Irán está tomando silenciosamente las riendas en cuestiones políticas y de seguridad en el país.
La propia guerra de Irak tiene, sin lugar a dudas, un alcance que va más allá de lo interno o lo local. Es lo contrario de los conflictos aislados del tipo del de los Balcanes o el de Chipre. En gran medida lo es porque Estados Unidos, al intervenir en marzo de 2003, lo convirtió en un símbolo tanto de su credibilidad como gran potencia mundial como por su intención de fomentar la democracia y llevar a cabo un "cambio de régimen" en Oriente Próximo. Tres años después de esa intervención, se ha hecho obvio lo mal que han ido las cosas. Lejos de ser una fuente de estabilidad y cambio democrático en la región, Irak se ha convertido en caldo de cultivo de la resistencia, con --según los cálculos de Estados Unidos-- más de ciento veinte grupos armados diferentes en activo, e imán que atrae a jóvenes militantes islamistas de todo Oriente Próximo y más allá, que quieren tomar parte en sus batallas.
Cada paso que da Estados Unidos para reforzar el Estado iraquí, ya sea convocando elecciones o reforzando el ejército y otras unidades de seguridad, no hace más que dar una nueva ocasión a Irán para demostrar su influencia. De ahí la humillante confirmación de que la política de Washington de excluir a Irán de las discusiones políticas respecto a Irak y después, a mediados de marzo, aceptar conversaciones diplomáticas en Bagdad entre el embajador estadounidense y un enviado iraní, se vuelve contra ellos. Esto no hace sino resaltar que el problema fundamental en Irak, no es tanto la guerra entre insurgentes sunitas y el antiguo movimiento bathista, y el ejército estadounidense, sino la rivalidad que tiene su origen en la revolución iraní de 1979, entre Estados Unidos y sus aliados más cercanos --Israel y Arabia Saudita--, y la República islámica de Irán por toda Asia occidental, desde Afganistán hasta Líbano y Palestina.
La guerra de Irak tiene otra dimensión ominosa, en la que Irán ha jugado su baza y quizá ha arriesgado demasiado, al exacerbar las relaciones entre musulmanes, aprovechando el enfrentamiento entre sunitas y chiitas. Irán no ha creado, ni hay pruebas de que haya ayudado de manera significativa el salafismo militante sunita de Al Qaeda y otros grupos parecidos. Al fin y al cabo, fueron estos grupos aliados de Bin Landen, quienes, en Afgansitán en los años noventa mataron a numerosos grupos de chiitas aduciendo que eran "politeístas", porque adoraban no sólo a Dios sino también a los santos musulmanes, o incluso que estaban cerca del comunismo, porque tenían dioses "en común". El discurso del representante de Bin Laden en Irak, Al Zarqawi, está repleto de sentimientos anti chiitas y de retórica incendiaria, de los que pueden haber provocado y legitimado la destrucción del lugar sagrado más importante para los chiitas en Samarra el 22 de febrero de 2006.
yo creo que las guerras se pueden evitar si existiera un buen dialogo entre los representantes de cada pais o region.
ResponderEliminarasi es no todas las guerras son malas si no para defender a su pais
ResponderEliminarYo opino que las guerras no arreglan nada al contrario hacen el problema cada ves mas grande los problemas y diferencias se arreglan dialogando no con violencia.
ResponderEliminarsi paola estoy de acuerdo contigo las guerras no llegan a nada bueno
ResponderEliminarestoy de acuerdo con sus comentarios tambien pienso que no solo hay guerras malas porque defienden su territorio su pais pero aun asi dejan daños y personas muertas que no tienen la culpa me gusto como esta explicado tu tema melyna
ResponderEliminartambien estoy de acuerdo isaac pero aun asi hacen muchos daños al pais donde se hace la guerra
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